Una ruta en coche por Marruecos que nos llevará a surfear las imponentes olas de Essaouira y a ir en camello sobre algunas de las dunas más espectaculares de todo Marruecos. En este país, actualmente uno de los más visitados del mundo, podrás obtener instantáneas fotográficas espectaculares.
¿Estás preparado? Coge la mochila y vente 9 días a Marruecos. No vivirás otra experiencia igual.
Tabla de contenido
Día 1: Essaouira
Essaouira es mucho más que una ciudad. Con una paleta de colores en sus edificios que giran en torno al azul, al rosa y al blanco, la ciudad es todo un abanico de experiencias y sensaciones. No hay muchas ciudades en Marruecos que den la sensación de sentirte en casa, tal como Essaouira es capaz de hacerlo.
La llegada a Essaouira no tiene demasiada complicación. Si vienes desde España y has atravesado el Estrecho de Gibraltar en Ferry, apenas tardarás algo más de tres horas en llegar a la ciudad. Si bien es cierto que las carreteras de Marruecos no son una de las bondades del país, no es menos cierto que las vistas que te ofrece la carretera que recorre la costa bien merece la pena un esfuerzo para conducir por ella.
La otra opción es viajar hasta Marrakech y alquilar un coche o un 4×4 para hacer la ruta de 9 días por Marruecos. El trayecto entre ambas ciudades apenas supera los 160 kilómetros y podrás cubrirlo en algo más de dos horas.
Cuando viajas, el primer día siempre suele ser el más alocado, y si tienes que desplazarte a otra ciudad, todavía más. Por ello no voy a aconsejarte ninguna ruta ni ningún monumento al que visitar. Simplemente llega a tu hotel, date una buena ducha y sal a perderte por la ciudad… ¡No verás otra igual!
Día 2: Essaouira
Essaouira es una ciudad singular. Pese a que es un pequeño pueblo pesquero, sus murallas permiten una serie de actividades tan dispares que, en relación a los kilómetros de extensión que tienen, probablemente sea una de las ciudades capaces de ofrecerte una mayor diversión en su interior.
Si te gusta el surf, te recomiendo que te pongas el neopreno y comiences a encarar las olas con las que el mar de Essaouira te desafía. Es conocida como una de las mejores ciudades del país marroquí para hacer surf, por lo que aficionados de todo el mundo acuden a ella para disfrutar de unas olas espectaculares.
Podrás encontrar muchos locales para surfistas en los que alquilar el material necesario para desafiar a las olas como bien se merecen.
Tras una mañana surfeando, te recomiendo sustituir las olas por el asfalto de sus calles. La Medina de Essaouira es uno de los lugares más característicos de la ciudad. Aquí podrás encontrar pescado fresco recién traído del mar y te lo podrás comer allí mismo gracias a las zonas que tienen habilitadas para cocinarlo. Sin duda, es uno de los sitios de Marruecos en los que conviene parar, descansar, y disfrutar del paisaje y el ambiente.
Su arquitectura, tradición y gastronomía hace de la ciudad una mis preferidas. Además, al no estar copada todavía de turismo, podrás comprobar que el nivel de vida se mantiene dentro de unos márgenes muy asequibles.
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Día 3: Essaouira – Marrakech
Aunque la distancia que separa estas dos ciudades es algo más de 200 km, vale la pena madrugar.
Antes de partir, te recomiendo que visites el Skala du Port en Essaouira. Es uno de los lugares más atractivos de esta ciudad para captar las mejores vistas de la misma.
El viaje a Marrakech en coche no es demasiado cómodo. Lo mejor es emprenderlo lo antes que puedas. Conforme te vayas acercando a esta ciudad, te darás cuenta de que estás llegando a uno de los motores económicos del país. Las carreteras, aun sin estar demasiado buen estado, comienzan a tener mejores condiciones y el destino está perfectamente señalizado.
Seguramente el primer día no tengas ganas de pasear mucho. No obstante, si llegas cuando ya ha oscurecido, te recomiendo que visites la Medersa Ben Youseff. Su patio de luces, por su iluminación, es uno de los más bonitos que vas a encontrar en todo el viaje. Y de noche, lo es todavía más.
Día 4: Marrakech
Como decíamos, Marrakech es uno de los motores económicos del país. Los últimos años están sirviendo para posicionarla como una de las ciudades más visitadas del mundo, especialmente por turistas europeos, gracias al contraste cultural que ofrece a unos pocos kilómetros del sur de Europa.
Como en todas las ciudades marroquíes, aconsejo encarecidamente que os perdáis, durante el tiempo que haga falta, por la Medina. Allí os sentiréis como si estuvierais en lo más profundo de Marruecos. Pasear por el Zoco es toda una experiencia. Allí podrás comprobar lo que es un verdadero mercado. Un laberinto de calles estrechas en las que todos sus visitantes hacen sus compras. El Palacio Bahía es otro de los grandes destinos turísticos de la ciudad. Construido a finales del siglo XIX, es uno de los edificios de la ciudad más importantes por su arquitectura.
Sin embargo, si tengo que hacerte una recomendación personal por la impresión que me causó, es la visita a las Tumbas Saadíes. Abiertas por primera vez a finales del año 1917, no aparecen en muchas guías de la ciudad, pero la belleza y la elegancia que allí se puede experimentar hacen de esta visita una de las que recomiendo a todo mi círculo cercano. No os la perdáis. No os defraudará.
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Día 5: Marrakech – Ouarzazate
Es momento de cambiar la civilización y las aglomeraciones de Marrakech por las zonas típicas y características de Marruecos. Las que están alejadas de los bullicios de turistas europeos. Hay que comenzar a visitar algunos de los lugares cuyas imágenes se quedarán grabadas a fuego en el corazón.
Llegar desde Marrakech a Ouarzazate te costará algo más de tres horas si tienes la suerte de no perderte y llegar a tu destino sin problemas. Sin embargo, esto no suele ocurrir y puede que estés en el coche una, dos o incluso tres horas más de las que tenías previstas. Por eso te recomiendo que emprendas el viaje de buena mañana, evitando los agobios y minimizando los problemas que te pueden surgir en el trayecto.
Ouarzazate es conocida por ser la puerta del desierto. Ciertamente, una vez allí notarás el cambio de sensaciones con respecto al resto de visitas que has hecho en Marruecos. El paisaje que te brinda la ciudad goza de tanta belleza que es considerado como el Hollywood del África. De hecho, la ciudad ha servido de escenario para muchas películas. Star Wars o, más recientemente, Juego de Tronos, la han utilizado como escenario.
Ubicada en plena cordillera del Atlas, a punto de entrar en el desierto, su enclave geográfico es absolutamente impresionante.
Aprovecha lo que quede del primer día para dar un paseo por la ciudad. Piérdete por sus calles y enamórate del cambio de contraste… El viaje continúa.
Día 6: Ouarzazate
La primera visita es imprescindible que la destines a Ksar Aït Benhaddou. Ubicada a unos 30 kilómetros desde el centro de Marrakech, podrás dirigirte a ella en coche y aparcar en su entrada. Ksar Aït Benhaddou es una ciudad que ha sido declarada Patrimonio de la Humanidad en 1987 y que, por su cercanía, bien merece la pena acercarse a visitarla.
Arcilla, agua y paja son las tres materias primas sobre las que se sustenta toda la arquitectura de allí. Y es que Ksar Aït Benhaddou es, en su totalidad, una extensión del desierto. Es el lugar perfecto para hacer la ruta de las Kasbahs. Este es el término que utilizan sus habitantes para referirse a los lugares en los que viven. Sus casas, por la forma que tienen, son dignas de admirar.
De vuelta a la ciudad, no te pierdas los estudios de cine Atlas. Resulta realmente chocante ver una construcción de este tamaño teniendo en cuenta la arquitectura que tiene el resto de la ciudad, pero si eres un aficionado del cine no puedes perderte esta visita. La parte positiva es que el precio de la entrada incluye un guía, por lo que no tendrás problemas para no dejar escapar ni un solo rincón del recinto.
El Zoco también es una de las zonas más características, como en la mayoría de los países marroquíes. Sin embargo, al contrario de todos los que has podido ver hasta ahora, este zoco no está pensado para el turista, por lo que los relojes, bolsos y artesanía dan paso a objetos que realmente su gente utiliza de manera diaria.
Pese a que no es una ciudad muy extensa, todos sus punto de interés tienen tantos detalles que es normal que dediques bastante tiempo a cada visita. Te recomiendo que no tengas ninguna prisa y dediques tanto tiempo a la ciudad de Ouarzazate como se merece, pues no encontrarás otro destino igual.
Si quieres saber más sobre Ouarzazate haz click aquí.
Día 7: Ouarzazate – Merzouga
Durante la séptima jornada tendrás que afrontar el trayecto más largo de todo el viaje, pero, sin duda, va a ser un día que nunca olvidarás
Madruga todo lo que puedas y emprende las cinco horas que te separan de tu siguiente destino, Merzouga es uno de esos lugares en los que te preguntarás por qué no has ido antes.
Los viajes son experiencias que sirven para llenarte de cultura y coleccionar imágenes en tu cabeza que nunca más vas te van a abandonar. Merzouga, también llamado Erg Chebbi, es el desierto más famoso de todo Marruecos. En la ciudad no encontrarás las típicas tiendas que hasta ahora has podido ver por el país marroquí, ni disfrutar de la arquitectura del lugar… Lo único que tienes que hacer en Merzouga es disfrutar del paisaje, que no es poco.
Si has madrugado lo suficiente como para llegar al mediodía, te recomiendo que destines la tarde a recorrer las dunas del desierto con un quad o un 4×4. Conducir por un lugar así es una experiencia que jamás vas a poder olvidar. Adrenalina, naturaleza, contrastes… Es un momento único en la vida de cualquier turista.
Pero si de día el desierto es un paisaje que te deja sin aliento, por la noche lo es todavía más. El calor deja paso a un cielo cerrado en el que la oscuridad te eleva a su máxima dimensión. Si hay algún momento en el mundo para sentirte pequeño, sin duda es este. Te recomiendo que uses una de las características Jaimas para pasar la noche. Pero, sobre todo, reserva con antelación desde casa. Hay muchos lugares en los que pasar la noche en pleno desierto y es una de las experiencias más gratificantes que vas a encontrar.
Día 8: Merzouga
Tras una noche en el desierto, en la que seguramente hayas sentido el cielo a tus pies, es momento de seguir disfrutando de los paisajes que el lugar te brinda. Podrás dedicar la mañana a dar un paseo en dromedario, observar los pequeños –y no tan pequeños– animales que cohabitan en este lugar o, según tu atrevimiento, hacer surf por las dunas, en lo que se conoce como Sandboarding.
No te preocupes de llevar ningún material desde casa. Aquí podrás encontrar suministro de lo que necesites para llevar a cabo cualquier actividad.
Sin embargo, Merzouga no es solo desierto. Tras la excursión al desierto puedes pasar la tarde en algunas de las zonas colindantes. El mercado de Rissani, por ejemplo, es un lugar que bien merece la pena conocer. Y, si vais entre los meses de septiembre y octubre, el Lago Deyet Srij es otro de los regalos de la naturaleza que vas a encontrar en sus inmediaciones. Un lago a pies del desierto que ofrece un contraste sin igual.
Merzouga es una de esas etapas que quedan guardadas en el recuerdo. Sensaciones y reflexiones rondarán tu mente durante toda tu estancia allí. Relájate y haz que esta etapa de tu camino te sirva para crecer interiormente como en ningún otro lugar podrás hacerlo, Merzouga es uno de los lugares por excelencia para hacerlo.
Si quieres saber más sobre Merzouga haz click aquí. Y sobre todo si quieres saber más sobre rutas posibles por Marruecos visita la sección de rutas y recorridos
Día 9: Merzouga – Marrakech
El último día de todos los viaje suele ser siempre uno de los más pesados. Marrakech, centro neurálgico del país por su red de transportes, suele ser la ciudad a la que todos los turistas vuelven tras su estancia en Merzouga.
Con un trayecto de casi 10 horas, dependiendo del camino que escojas, pueden ser algunas más o algunas menos. Es momento de emprender el camino de vuelta.
La riqueza de Marruecos proviene, en gran parte, de la magia que es capaz de transmitir a todos sus visitantes. Herencia, experiencia y tradición se juntan en una sucesión de paisajes verdaderamente difíciles de encontrar en cualquier otro lugar del mundo.
En una ruta de 9 días por Marruecos, una excursión al desierto es una de las visitas obligadas que debes hacer. Su paisaje te enamorará y servirá para darte cuenta del lugar que ocupas en el mundo. Todo un regalo de la naturaleza al alcance de la mano… Ríndete al desierto, no lo olvidarás jamás.
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